¿Qué hay detrás del megaproyecto Paso Puelo?

Desde principios de la década de 1990 distintos gobiernos provinciales y municipales promueven la creación de un paso internacional para vehículos de carga pesada a la altura del municipio de Lago Puelo. Desde entonces múltiples iniciativas populares, asambleas ambientalistas, sindicatos y organizaciones políticas de toda la Comarca Andina han frenado su realización. Entonces: ¿Por qué ahora vuelven a intentarlo?
Esta historia inicia con un megaproyecto presentado por el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) en 1992. El mismo planteaba la generación de un paso fluvial para embarcaciones comerciales a través del Río Puelo mediante un sistema de esclusas y diques. Implicaba la inundación de millones de hectáreas de Bosque Andino Patagónico, creación de represas hidroeléctricas, la tala y aprovechamiento forestal, siembra de forestales exóticas, siembra de truchas y salmones en las nuevas lagunas generadas, la construcción de complejos turísticos y caminos dentro de las tierras protegidas por el Parque Nacional Lago Puelo. Finalmente, el proyecto fue abandonado por el rechazo ciudadano y la falta de factibilidad técnica, pero la idea de construir un paso terrestre perduró en el tiempo.
El conflicto entra en una nueva etapa a principios del 2023, cuando un grupo de empresarios inmobiliarios locales conforman la “Comisión Pro-Paso Puelo”, comunicando públicamente su interés en reabrir el proyecto. Uno de los involucrados, Iván Fernández (Intendente 2003-2015 y condenado en 2016 por negociaciones incompatibles con la función pública), es electo nuevamente en 2023 con apenas el 22% del padrón total, en una elección caracterizada por una baja participación ciudadana. Desde entonces, tanto el oficialismo como la oposición puelense intensificaron los pronunciamientos a favor del megaproyecto.
El pasado martes 26 de marzo de 2024, ante el reclamo de vecinos, y luego de tres intentos de sesionar sobre tablas la declaración de “Interés Municipal” de un megaproyecto del que se desconocen los detalles, el Concejo Deliberante de Lago Puelo se vio forzado a retirar el proyecto de ordenanza y comprometerse ante los vecinos a convocar a una reunión pública informativa el día 10 de abril. Retomando la pregunta inicial: ¿Por qué ahora (y cabe agregar, de manera tan desprolija) vuelven a intentarlo? Para entenderlo, se debe analizar el asunto en al menos dos niveles.
La geopolítica, en la mira
Por un lado el contexto geopolítico. El canal de Panamá (vía más corta de cruce interoceánico) está funcionando con dificultades debido al cambio climático, y buena parte del tránsito de comercio internacional entre Europa y Asia debe rodear América por el Estrecho de Magallanes, encareciendo el costo de transporte. Esto vuelve muy rentable la apertura de una vía terrestre que conecte un puerto argentino en el Océano Atlántico y un puerto chileno en el Océano Pacífico. La elección de Lago Puelo como punto de cruce cordillerano se debe en parte a condiciones climáticas que podrían permitir mantenerlo abierto todo el año. Otros pasos fronterizos patagónicos ubicados en áreas montañosas de altura como es el caso del Paso Cardenal Samoré en Villa La Angostura, debido a las intensas nevadas invernales, eventualmente se encuentra cerrado. El Lobby sospechado detrás de este megaproyecto es IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana).
Especulación y negocios inmobiliarios
El interés de especuladores inmobiliarios locales es otra de las aristas del tema. La enorme ganancia que generaría a un puñado de empresarios locales, sería la conexión vial y llegada de servicios públicos hacia miles de hectáreas de bosque nativo virgen donde desarrollarían loteos residenciales sobre tierras protegidas o con Permiso de Ocupación, como es uso y costumbre en Lago Puelo. Hoy estas tierras están preservadas por Ley de Bosques y por la existencia del Parque Nacional Lago Puelo. Para llevar adelante el megaproyecto es necesario ampliar el ejido municipal, reduciendo drásticamente la superficie de Parque Nacional y destruyendo de modo irreversible miles de hectáreas de este ecosistema.
¿Qué nos garantiza que este megaproyecto vaya a resolver la emergencia habitacional?
Desde una perspectiva socioeconómica el reclamo popular se asienta en la certeza de que este desarrollo incrementará el valor de la tierra, profundizando una crisis habitacional que ya es crítica para los sectores medios y bajos de la Comarca Andina. Se podría tomar como ejemplo la ciudad de Villa La Angostura, donde se emplaza el Paso Internacional Cardenal Samoré. En dicha ciudad, actualmente, miles de familias reclaman el no poder acceder a condiciones de vivienda dignas y estables, aún cuando la mayoría tiene ingresos formales y permanentes. La especulación inmobiliaria, sumada al turismo temporal y los alquileres en moneda extranjera no permite a habitantes locales acceder a la vivienda. ¿Los sectores sociales más afectados por esta crisis? Jóvenes entre 18 a 25 años, madres solteras y parejas jóvenes con infancias a cargo. ¿Somos conscientes de lo que implica ser ciudad fronteriza?¿Acaso los problemas de seguridad, trata o narcotráfico serán menores?.
No menos importante, parte del trazado pasaría por la comunidad Domingo Cayun Panicheo, la cuál se opone hace décadas al megaproyecto. La misma reivindica el mantenimiento del camino ancestral que une Segundo Corral con Lago Puelo y la protección de las montañas y bosques circundantes por ser fuente de agua, alimentos y vida.
Consecuentemente, la enorme transformación del paisaje natural y social que generaría este megaproyecto no tiene nada que ver con el proyecto de vida mayoritario e identitario que este territorio ha generado durante las sucesivas migraciones que lo han moldeado: Una Comarca Humana. La mercantilización del “paraíso” se enfrenta ahora no sólo a la resistencia popular, sino también a la paradoja de destruir su fuente misma de riqueza: el paisaje.
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