No es libertad, es odio: repudio en el Bolsón al triple lesbicidio de Barracas

El lunes 6 de mayo en una pensión del barrio porteño de Barracas, cuatro lesbianas que compartían una habitación fueron atacadas con una bomba molotov por Justo Fernando Barrientos. Tres de ellas murieron como consecuencia de las quemaduras y sólo una sobrevivió. En El Bolsón hubo un repudio al triple lesbicidio: “no es libertad, es odio”.
En el Bolsón, el 10 de mayo, nos movilizamos a la plaza con dolor, impotencia y bronca, acercando la información que los medios acallaron. Perdimos a Pamela, a Roxana y a Andrea. La respuesta de mucha gente fue tirarnos sus vehículos encima, insultarnos, hacernos fack you y decirnos, de paso, muéranse.
Perdimos a Pamela, Roxana y Andrea. El lunes 6 de mayo en una pensión del barrio Porteño de Barracas, cuatro lesbianas que compartían una habitación fueron atacadas por Justo Fernando Barrientos. Este infrahumano, homofóbico, lesbicida, atentó contra sus vidas tirándole una molotov mientras dormían, provocándole la muerte a tres de ellas.
Pamela Cobos murió horas después del ataque. Roxana Figueroa, en agonía hospitalizada, murió el miércoles. El domingo pasado, con más del 75% de su cuerpo quemado, murió Andrea Amarante. Solo «sobrevivió» Sofía.
Justo Fernando Barrientos fue autor material del crimen de odio, pero también el Estado es responsable, promoviendo discursos homodiantes, dando a luz verde a innumerables fachos que nos tratan como una bazofia de la sociedad.
Nos patologizan, nos estigmatizan y reproducen informaciones falsas sobre nuestras historias y existencia. Pretenden criminalizarnos, adoctrinarnos y hasta curarnos, cual si fuéramos una enfermedad maligna de la sociedad. Los discursos homofóbicos traen estas consecuencias, habilitar a los liberfachos a salir a cazar, a impulsar su odio, su violencia.
Los medios hegemónicos de comunicación nos demuestran que nuestras vidas no valen nada. ¿Qué pasaría si la vida de tres personas heterocís de clase media/alta fueran masacradas? ¿Cuántas personas, organismos, instituciones y medios se llamarían al silencio, a la indiferencia o a la justificación?
Al clóset y al calabozo no volvemos nunca más. Somos un montón y nos sostenemos entre nosotres con amor, empatía y memoria.
Si hoy se comparten estas palabras es para que sepan lo que pasó. Y que con el miedo no nos van a adoctrinar, no nos van a debilitar. Somos un colectivo y si de algo sabemos es de esto: discriminación, odio y dolor. Pero nos especializamos en resistencia, apañe, apapacho, fuerza y convicción. Y mucho amor para nosotres. Los derechos conquistados siguen en pie, los tuyos y los nuestros. Y no se negocian.

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