Correo Argentino: la soberanía de la comunicación

A pesar del embate del gobierno nacional, el Correo Argentino y sus trabajadores resisten, acompañados en su reclamo por vecinos y vecinas. En varias localidades se cerraron oficinas. En otras, es cuestión de tiempo.
Los cierres de sucursales del Correo Argentino en Chubut y Río Negro son un hecho. Desde abril hasta el 5 de mayo, la empresa llevó adelante un sistema de despidos y reestructuración. Según Alberto Porro, integrante del Sindicato del Personal Jerárquico, Profesional y Técnico de las Comunicaciones (AJEPROC), al comienzo iba a afectar a las sucursales con más de 50 mil habitantes. Eso no sucedió. Finalmente, se despidieron a personas que trabajan en Correo Argentino en donde viven nada más de 2 mil habitantes.
Este fue el caso de Javier Villoldo, quien trabajaba en la oficina de Corcovado. El viernes 26 de abril fue una jornada normal en el Correo Argentino, en donde trabajaba desde 1997. Pero al finalizar su turno, recibió una llamada en donde le informaban que lo desvinculaban de la empresa. Javier creyó por varios minutos que se trataba de una broma de mal gusto. Lamentablemente la notificación fue real. “La gente me reconoce como un trabajador de acá. ‘´Ahí va el hombre del Correo’´”, le decían en su pueblo.
El mismo llamado recibieron 500 empleados y empleadas alrededor del país deque trabajaban en Correo Argentino. Corcovado tiene 1800 habitantes y en esa sucursal solamente trabajaba Javier, por lo que la oficina se cerró. Al igual que la posibilidad de las y los vecinos del pueblo de enviar su correspondencia, hacer un giro, recibir un pago de ANSES a una distancia considerable. Ahora deberán hacer aproximadamente 100 kilómetros. Como hace 50 años. Si esto no es un retroceso para un pueblo, ¿qué es?

Del 5 al 24 de mayo la empresa lanzó retiros voluntarios que abarcó a mucho personal. “Se fueron 150 compañeros con retiro voluntario”, dijo Porro e indicó que “a partir de ahora viene otra etapa de despidos”. Alberto quiere dejar en claro que gran parte del personal que hoy no está en el Correo ha optado por el retiro voluntario. Pero hay excepciones. Graves excepciones disfrazadas de “reestructuración” que afectan la vida de las personas que trabajan hace años en un lugar. Es el caso de Olga Norambuena en Trelew, quien ingresó en 2006 por concurso a la sucursal de ese lugar. El 29 de abril recibió el telegrama de despido por reestructuración por parte de la empresa, sin antes formar un preventivo de crisis. Olga tiene una hija con discapacidad y en menos de dos meses queda sin obra social. A la deriva. Olga está desesperada. Lucha por la reincorporación, pero la realidad la abruma. “Pienso que es una pesadilla”, dice. Pero es real.
Es difícil dar un número exacto de sucursales afectadas en Chubut. El gremio indica que debido a que muchos empleados siguen analizando los retiros voluntarios, no se puede dar una cifra. Pero sí sabemos que Corcovado no posee más oficina, despidieron a un trabajador de Trevelin, a Olga en Trelew, trabajadores de Cholila están en alerta ante la amenaza de despidos. Y la lista sigue.
En Río Negro, el cierre de sucursales es inminente. Hace pocas horas se conoció un amparo que trabajadores, legisladores, vecinas y vecinos entre otros actores sociales de distintas localidades de la provincia presentaron contra la empresa.
Se impulsó una medida cautelar para que no se ejecuten los cierres de oficinas, sucursales y servicios que presta el Correo Argentino en las ciudades anunciadas públicamente: Chichinales, Ingeniero Huergo, General Fernández Oro, Cervantes, General Godoy, Comallo, Valcheta, Chimpay, Río Colorado, Lamarque, Luis Beltrán, y Sierra Grande.

Magdalena Odarda, una de las legisladoras que llevó adelante esta medida, dijo: “El Correo Argentino es vida para los pueblos, resulta necesario no sólo para el reparto de correspondencia, sino que a través de sus oficinas cientos de jubilados y pensionados perciben sus haberes. A su vez, perdemos fuentes de trabajo que vienen desarrollando su tarea hace décadas”. Por su parte, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, rechazó el cierre y sostuvo que “es símbolo de federalismo, integración y cumple un rol social que es imprescindible”.
No hablamos solo de puestos de trabajo. Hablamos de historias detrás de esos despidos. Y no de las realidades de la gente que quedó sin empleo, sino también la de los habitantes de pequeños lugares en donde tienen que volver a viajar cientos de kilómetros -y muchas veces en condiciones climáticas desfavorables- para recibir una entrega o enviar una correspondencia. Hablamos de federalismo (una vez más). Hablamos de la soberanía de la comunicación.
Las y los empleados resisten. Vecinas y vecinos resisten. En un escenario de constantes ajustes, inflación y despidos, la lucha se ha vuelto una palabra de nuestro cotidiano. Abarca muchos frentes y hoy el Correo Argentino es la bandera federal que el pueblo quiere defender.

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