Otoño Uriarte, segunda audiencia: la declaración de sus amigas y la denuncia de amenazas por parte de un imputado

Al igual que en el día de ayer, la segunda audiencia por el femicidio de Otoño Uriarte comenzó este miércoles con un pedido del abogado Rubén Antigualla que retrasó más de una hora el inicio del debate en lo que ya parece una estrategia dilatoria del defensor del imputado José Iram Jafri.
Esta vez, solicitó al tribunal que le permitiera incorporar como asesor al perito Rebosio. Una cuestión que ya había sido rechazada 24 horas antes y que tampoco había sido planteada en la audiencia del 15 de noviembre en el control de acusación. Incluso, ante la insistencia de Antigualla quien dijo que al haber tomado el caso hace un mes “hay cosas” que se le “pasan”, la jueza María Florencia Caruso Martín llegó a preguntarle si acaso estaba en condiciones de llevar adelante la defensa. El letrado dijo que si, el tribunal rechazó este pedido por unanimidad y pasadas las 10 de la mañana el debate pudo continuar.
En la reconstrucción del último día de Otoño declararon sus amigas, compañeras de la escuela y de voley. También, Federico Saavedra, un amigovio de Otoño que estuvo imputado en la causa pero luego se comprobó que no había tenido ninguna relación con el crimen. Saavedra señaló en un mapa de Fernández Oro frente al tribunal el recorrido que hicieron la última noche.

Pero fue su amiga y compañera de la escuela, Leire Segovia, la primera en sentarse a brindar su testimonio. Ambas cursaban el tercer año en la única escuela secundaria que tenía en ese entonces la localidad de Fernández Oro: el CEM 14.
Leire relató que la mañana del 23 de octubre de 2006 se encontró con Otoño a las 7:55 para ir juntas a la escuela después de que ella dejará la bicicleta en la casa de una de sus amigas que también hoy prestó declaración, Ercilia Zarrabaitia. Luego tuvieron clase de informática y de educación física. Había sido un día normal y nada parecía indicar lo que ocurriría después.
Aunque ahora, frente al tribunal, Leire recuerda una situación que la inquieta: “un par de semanas antes de la desaparición, Otoño me hizo un comentario. Era de mañana, íbamos para la escuela y ella estaba muy ofuscada, era raro verla así. Me dijo que “los hermanos de Viki le decían cosas””. Hace referencia a Cau y Jafri.
Además, se refirió a una pelea que ella presenció un tiempo después de la desaparición de Otoño, entre un señor de apellido Gajardo y el imputado Jafri. “Se ve que Gajardo, en aparente estado de ebriedad, se iba de boca y la otra persona (Jafri) trataba de que no hablara de más. Evidentemente Gajardo quería algo a cambio de guardar silencio y esta persona le decía que lo que pasó fue porque “se le había ido de las manos””.
Silvia Troncoso, madre de Leire, fue una de las últimas personas en ver a Otoño con vida. Ella caminaba en la pista de atletismo alrededor de las once de la noche y así lo relató: “Teníamos por costumbre salir a caminar siempre después de cenar y en una de las vueltas que damos, sobre calle Cipolletti, en la pista de atletismo, siento un ruido como de pasos. Era Otoño. Yo la reconozco y solo atino a codear a mi marido y decirle: mirá la hora qué es y la Oto recién yendo para la casa”.
Hubo otra cosa que a Silvia le llamó la extrañó y que coincide con la declaración que brindó ayer Ana Ada Becerra: la aparición de un patrullero rondando el lugar, algo poco habitual según relató. “Vi muchas veces el patrullero y pensé qué raro porque andaba sin las luces azules prendidas, sí con sus luces de auto”, aseguró. “Me llamó la atención que estuviera tanto sobre esas cuadras. No lo veía con frecuencia”.

Hostigamientos
“Me llegaban comentarios igual que a mi familia, de parte de los imputados, que si no cerrabamos la boca a mi me iba a pasar lo mismo que a Otoño”, contó Leire sobre las amenazas que empezó a recibir mientras buscaba a su amiga. Sin embargo, este tipo de hostigamientos lejos de quedar en el pasado se volvieron a vivenciar a pocos días del juicio.
Así lo relató Inés Calmels, madre de Ercilia, en cuya casa Otoño había dejado su bicicleta: “Hace dos o tres días Ricardo Cau pasó gritándome gorda sinvergüenza, vos la mataste”. Angustiada, Calmels pidió “que no pase por mi calle porque tengo nietos”. “Me afecta porque me duele”, aseguró.
Ante estas revelaciones, la jueza resolvió una medida cautelar que le prohíbe a los imputados acercarse a los testigos que ya hayan declarado o estén por declarar. Les pidió que se abstengan de realizar cualquier tipo de hostigamiento mientras dure el juicio bajo apercibimiento de que haya una medida más gravosa.
Además, la magistrada María Florencia Caruso Martín tuvo que reprender al imputado Maximiliano Lagos por dormirse durante la audiencia, un episodio que ocurrió también en la primera jornada.
Cómo sigue el juicio
Mañana en la tercera audiencia del juicio declarará Ives Vallejos, quien era el comisario de Fernández Oro en 2006. Se espera que dé explicaciones sobre cómo supo la vestimenta que llevaba puesta Otoño el día que desapareció sin que su papá, Roberto Uriarte, se lo hubiera dicho en la exposición policial y por qué estaba en Villa La Angostura en las puertas del prostíbulo donde se iba a realizar un allanamiento que resultó frustrado por su presencia.
Las audiencias se extenderán hasta el 9 de diciembre y el 23 de ese mes se conocerán los alegatos finales. En una carta dirigida a los jueces, que no pudo hacerles llegar, Leire Segovia les expresó su deseo de que se conozca la verdad y se haga memoria por Otoño: “hoy, con esta angustia que tengo en el pecho, con un nudo en la garganta y el corazón en la mano, les pido a ustedes que de una vez por todas se haga justicia. Son ustedes los encargados de impartir justicia acá en la Tierra. Que Dios, el universo o en quien ustedes depositen su fe, los ilumine para tomar la mejor decisión”.
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