¿Por qué no reabre el Antu Quillen?

El Centro Cultural Antu Quillen se dedica hace más de veinte años a la promoción del arte y la cultura indígena. Es la expresión de una localidad que, rodeada de montañas y posada sobre la orilla de un lago color turquesa, permanece en su identidad intercultural, entre comunidades mapuche, paisanos y juventudes venidas desde distintos sitios de todo el mundo.
Luego de un desperfecto eléctrico que lo sumió en el fuego en el 2018, ha sido reconstruido gracias al trabajo comunitario y a la bioconstrucción. El Centro Cultural funciona como punto de encuentro para la comunidad pero, además, para el cuidado del ambiente y su reforestación. Sin embargo, recientemente, el municipio de Epuyén ha propuesto rescindir el comodato vigente con la asociación que gestiona el centro, argumentando problemas en la documentación y la ejecución de la obra que esfuerzo a esfuerzo han construido los vecinos y vecinas, artesanos, artistas e integrantes de la Asociación Civil.
La primera reacción fue malestar. Luego, una campaña de difusión que este domingo acerca una nueva propuesta: un Festival por la Apertura del Centro Cultural donde habrá shows en vivo, talleres y feria. La cita es a las 12 y se extiende hasta las 21 hs.
El intendente de Epuyén, José Contreras, ha señalado que el municipio no cuenta con los fondos necesarios para finalizar la obra, pero ha expresado su compromiso de encontrar soluciones legales y efectivas para resolver los problemas planteados. Para ello, elaboró junto a la Asociación Civil algunos acuerdos. La comunidad, por su parte, ha reafirmado su voluntad de seguir trabajando en conjunto con el gobierno municipal para garantizar la continuidad del centro cultural.
Por su parte, el gobernador de la Provincia de Chubut, Ignacio Nacho Torres, incluso en una visita a la localidad de Epuyén, en compañía del Intendente, se comprometió a realizar una reunión virtual para que el bloque de legisladores municipales correspondiente a su partido “responda” con lo que está de acuerdo el poder ejecutivo: reabrir el Centro Cultural.

Antu Quillen no es sólo un espacio de encuentro cultural, sino que también es parte de la identidad de la localidad de Epuyén, por su historia y proyección, por su mirada y posibilidad. La pausa sobre su apertura, además de generar preocupación y malestar, implica una ausencia en el tejido social y cultural de la Comarca.
En palabras de Gabriel Medina, presidente de la Asociación Civil Antu Quillen, el Festival persigue el objetivo de visibilizar el interés local y regional por la apertura del Centro Cultural.
Entonces, ¿Qué es lo que pasa exactamente que impide su apertura?
– Existe una cuestión que tiene que ver con el Centro Cultural en sí. Y otra respecto de la situación política dentro del municipio, en relación al Antu Quillen. Un poco todo eso nos trae a la situación en la que estamos hoy, y es la motivación para hacer este festival. Los acuerdos para la terminación de la obra ya están hechos con el Intendente. Y por recomendación del Concejo Deliberante y de los asesores legales. En consecuencia con el proceso de diálogo y negociación con el municipio se llegó a un acuerdo para garantizar la correcta realización de la obra, y del edificio en términos de seguridad civil. Como así también, la correcta administración de los fondos para su terminación. Para ello, generamos un marco legal y controlado. Lo que se acordó es que el municipio va a ser quien ejecute los pasos finales para terminar la obra. Este acuerdo implicó que el municipio contrate a un ingeniero para que haga los planos del lugar y en base a esos planos calcular el presupuesto que hace falta para terminar la totalidad de la obra. Para ejecutarla con fondos gestionados de manera conjunta. Es un acuerdo que desde la Asociación Civil empezamos a poner en marcha. Pero en el camino fueron apareciendo, por rivalidades entre los distintos poderes del mismo municipio, trabas desde el Concejo Deliberante que buscan impedir que ese acuerdo avance. Porque en los argumentos que esgrimen en una y otra circunstancia nos demuestran que no quieren que avance, y sostiene esa postura.

¿Qué cosas creen ustedes que tienen que suceder para lograr el objetivo de apertura?
– Bueno, en términos de obra tiene que suceder que se le pague a la empresa constructora y se la habilite a concluir la obra. En términos políticos, tiene que suceder que por un lado el Concejo Deliberante entienda que no está dentro de sus facultades meterse de la forma que se está metiendo en el acuerdo. Que entiendan que las actitudes que están tomando están damnificando a la Asociación, a los vecinos, socios y no socios, y toda la gente que ha puesto dinero, tiempo y gestión para que el Centro Cultural se pueda construir. Entonces acá hay un atropello enorme porque hicimos un acuerdo y no se está cumpliendo.
A modo de dato de contexto, la Asociación Civil Antu Quillen cuenta con un comodato por el uso del espacio municipal vigente desde el año 2022 y hasta el 2032. En el mismo, según el presidente de la Asociación, se prevé el préstamo por parte del Municipio “para desarrollar acciones en conjunto tendientes a la terminación de la obra para que la Asociación pueda desarrollar sus actividades por 10 años”.
– En base a ese acuerdo, que lo que dice es que entre todos ponemos gestión, esfuerzo y fondos para que el edificio se haga, la asociación cumplió. El edificio se construyó. Ahora bien, cuando cambió el gobierno, el entrante argumentó que ‘todo eso no tiene validez, no estuvo bien hecho, no respeta la ley de corporaciones municipales y otros argumentos que esgrimen ciegamente. Porque después a la hora de constatar eso con la justicia no hay qué constatar. Nada de todo esto llegó a una instancia judicial. Creo que si realmente tuvieran herramientas válidas ya las hubieran puesto en marcha. Lo que están haciendo son puros pataleos. Hay un claro interés por parte de cierto sector del legislativo para que este acuerdo no se lleve a cabo y la Asociación no pueda reabrir el Centro Cultural.
¿A qué crees que responde ese interés por parte del legislativo?
– Creo que hay una raíz si se quiere identitaria, respecto de cuál es el grupo de personas que administran ese espacio. En el cual un sector de la población podría no sentirse representado, y entonces apelan a una rivalidad que hay aquí, y en muchos otros pueblos, entre quienes viven acá generación tras generación y quienes vinimos y elegimos vivir acá, criar a la familia, hacer nuestro trabajo y desarrollarnos. Quienes elegimos este lugar por más que no hayamos nacido acá. Esa diferencia identitaria genera para mí una rivalidad que es totalmente virtual. De hecho nosotros desde el Centro Cultural invitamos permanentemente a que eso quede a un lado.
¿Cómo piensan al Antu Quillen ustedes?
– Es un espacio que tiene que ser para todo el pueblo. Para cualquier poblador y si hoy por hoy alguien no se está sintiendo convocado, la propuesta es que hagamos algo para que eso cambie. Y esa siempre fue nuestra postura. La negativa al diálogo, las constantes trabas burocráticas y otros impedimentos, el incumplimiento a los acuerdos y las atribuciones de facultades que no tienen por parte del legislativo forman parte de esa estrategia de división identitaria. Está a las claras que hay una intención, por parte de un determinado sector político, de que la Asociación Civil que ha trabajado tanto y durante tantos años no pueda prosperar. O sea, porque es realmente lo que sucede acá. Inédito es el hecho de que no sé cuántas veces ha sucedido que una Asociación construya un edificio municipal con fondos propios. El día que ese comodato se termine ese edificio le queda al municipio: es para todas las personas de Epuyén. Y sucede nunca, o muy poco: que una asociación civil que corresponde al sector privado, que es gente donando, ponga fondos para una causa pública. Más allá de la calidad del trabajo que se hizo, no solo arquitectónicamente sino estéticamente. Y también es inédito que el mismo municipio que en su momento celebró este hecho, y construyó el acuerdo, para que la sociedad pueda disfrutar de ese espacio, en el presente lo desconozca. Porque más allá del cambio de gobierno, o de administración municipal, jurídicamente es el mismo municipio el que firma el acuerdo. La relación contractual es la misma. Es el poder legislativo el que insiste permanentemente, desde el primer día y hasta la actualidad, que el lugar debería llamarse a licitación.
Me parece que la construcción de un espacio, como el construido por la Asociación Civil para un centro cultural propiedad del municipio es un ejemplo de lo público. Un ejemplo de lo común. Es el sector privado brindando algo que trasciende e incluye al público. Por otro lado, ese emblema identitario que es el Antu Quillen, es reconocido no solo por sus integrantes sino por las visitas que recibe año a año como destino turístico la localidad de Epuyén. ¿Qué pensas en relación a esto, de qué habla esa construcción social y cultural?
– Primero que la Asociación cuenta con la organización correspondiente para garantizar la participación democrática de los socios y socios. Es una propuesta inclusiva. Por caso, la máxima autoridad de esta Asociación es la asamblea de asociados, donde se toman todas las decisiones respecto de qué actividades desarrollamos. Y para poder participar el único requisito es ser socio activo, teniendo la cuota al día, que es un número totalmente social, son $3.600 pesos al año. En la instancia asamblearia estamos todos los socios y socias en igual condición, entonces supone para mí una característica inclusiva, porque la política del Centro Cultural históricamente ha sido no excluir a nadie bajo ningún motivo. Mucho menos a quien no tiene la cuota al día. De esa manera, garantizas la participación democrática y la inclusividad del proyecto. La realidad es que está en cada uno y en cada una involucrarse, porque si vamos al caso, la última asamblea anual duró 5 horas. Y hay que estar, no se trata de un ámbito donde somos todos amigos. Nos encontramos un montón de personas que somos diferentes y tenemos expectativas distintas también. Tenemos opiniones diferentes respecto de lo que debería o no debería ser la Asociación, y nos sentamos a dialogar para ponernos de acuerdo. La forma de hacerlo es esta que te cuento: involucrarse y participar. Si uno no quiere participar, está perfecto. Lo que no corresponde es plantear que este espacio es excluyente porque no lo es. Desde la práctica siempre invitamos a que todo el mundo pueda participar. Hay otro requisito, que de alguna manera obedece a lo identitario, que tiene que ver con tener domicilio en la localidad. Y este requisito, de alguna manera, debería terminar con el argumento de exclusividad. Porque eso es lo que quiere decir: que cualquier persona de Epuyén puede participar.
Se podría decir que a diferencia de otros espacios de la sociedad, el de Antu Quillen es inclusivo.
– De alguna manera a mí me parece que la propuesta siempre fue absolutamente inclusiva. Siempre fue social, horizontal, solidaria, comunitaria y colectiva y así sigue siendo. Creo personalmente que hay que seguir trabajando en la unificación de la identidad, entendiendo que somos todos diferentes, no es necesario que seamos amigos o amigas. No es necesario que tengamos los mismos intereses culturales. Es necesario que nos pongamos a trabajar en conjunto, nos sentemos en una mesa y encontremos los puntos de acuerdo. Esa siempre fue nuestra propuesta.
El Festival por la Apertura del Antu Quillen, para “juntarse y pasar una tarde hermosa”, también persigue el objetivo de “visibilizar por un lado la cantidad de gente local y regional que está esperando que el lugar se abra y por otro lado informar cuál es la situación”.
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