De las Nubes Jazz: un homenaje a la historia del Piltriquitrón


Ada Augello
diciembre 22, 2024
Afinan en el bosque algunos violines, también trompetas, una batería y voces. ¿Pueden coordinar sus acordes con los pájaros? Sus melodías se mezclan con el movimiento de las hojas de las lengas al soplar el viento, que luego se transformará en tormenta. Un cielo que se abre musicalmente a un Festival por y desde la cultura local.
El Festival De las Nubes Jazz tiene lugar en las calles del casco urbano de El Bolsón y en el Bosque Tallado, a 1400 msnm., sobre la ladera del Cerro Piltriquitrón. Es 14 y 15 de diciembre, días en los que se respira una muestra del potencial y la belleza musical que habita a la Comarca Andina. Es una propuesta independiente, sostenida junto al apoyo de más de una decena de auspiciantes y la gestión municipal de El Bolsón y la provincia de Río Negro.
En el corazón de la montaña emblema de El Bolsón, la memoria se hace presente bajo un cielo que prefigura sólo algunas pocas nubes. La música suena en homenaje a Jorge Guarnieri, un reconocido músico bajista y cantante pionero del rock en la comarca.
El sonido que abraza al Bosque
Un Piltri Ensamble, con la dirección de Martín Pike, el Taller Coral del IFDC dirigido por Camila Lorenzo, y la Orquesta Juvenil de la Comarca, con la dirección de Gabriel Medina se preparan para tocar en medio del Bosque Tallado. La ladera del Piltriquitrón tiene árboles y maderas talladas tras cinco encuentros de escultores, realizados en los años 1998, 1999, 2003, 2007 y 2010.
El fondo de las orquestas y coros sin dudas está entre nubes. El bosque que aquella vez fue consumido por las llamas por un gran incendio, se asemeja a un museo a cielo abierto. Las manos, gubias y motosierras que allí sonaron para tallar maravillas, este domingo mutan en claves musicales.
La subida que traza una línea ondulada hasta la plataforma de estacionamiento y despegue de parapentes pocas veces se ve tan transitada. Esta vez, unas trafic suben instrumentos, víveres, y equipos de audio y sonido.



La presentación está a cargo de Cuqui Honik y las 4k, un conjunto vocal femenino que lo acompaña en su estilo Les Luthiers. Además, el beatboxer Álvaro “Novox” Novoa imita aves, cierres y otros sonidos boscosos que proyectan el eco de unas risas en la montaña.
El descenso y ascenso de algunos turistas es sorprendido por las voces del coro, calentando sus gargantas cerca del tanque australiano. Cerca de la vista panorámica del Bosque Tallado, los instrumentos de viento, percusión y cuerdas del ensamble y la orquesta afinan sus notas. Los rostros de los visitantes muestran absoluto asombro. ¿Cuántas veces se puede escuchar la interpretación de Ji Ji Ji en un escenario semejante?
La generación de estos espacios abre a otras sensibilidades posibles. Un hongo de líquen parece suspendido en el aire, dispuesto a escuchar. Todo late, todo cobra vida. El pétalo de una anémona de tierra vibra con el sonido que emerge de una trompetista.
A la Orquesta Juvenil dirigida por Gabriel Medina la acompaña Soraya Maiconio, en lengua mapuche, cantándole a las tierras que humedecen los pies de quienes entonan su voz y afinan sus sentidos en corazón de una montaña declarada reserva binacional de biosfera.
La puesta en acción de conjugar música con los icónicos paisajes del bosque patagónico habilita a vivir otros modos de la esperanza, en tiempos donde ésta parece estar en luto.
Una característica de la Comarca es, sin lugar a dudas, la creatividad artística y cultural. Un rasgo incomparable que aloja a turistas de diferentes rincones del mundo. Invita a entrar en contacto con la memoria viviente de un pueblo devenido en ciudad que hace de las movilizaciones una fiesta, y de las fiestas la movilización de una comunidad particularmente diversa y heterogénea.


